DIONNYS MATOS
ALEJANDRO JUSTIZ
ALEJANDRO JUSTIZ














A new series of 70 Download & Donate digital drawings and a short film.
OCCASIONAL LANDSCAPES
SAMUEL RIERA
We join the artist on a journey of discovery to a world where precise, multi-layered, dimensional paper collages, often cut from fashion magazines, spring to life as the thriving inhabitants of Planeta Sandra. She manages to blend the whimsical and the sensual, the threatening and the sublime as she recounts the mythological folklore of a primordial world not that far from our own.
With an explorer’s eye and a botanist’s discipline, Sandra meticulously catalogs each Sandremios by genus and species as specimens deserving of further study.
In these collages, I deconstruct everyday forms to create new narratives.
Through the use of nature, science and whimsy, I invent new landscapes and environments in a visual language that is uniquely my own.
-Sandra Cordero
As curator and philosopher, Luis Ramaggio, observes, “As any respected expeditionist, she quietly observes and classifies. As a visionary. As a hungry expert. As a mentalist. Lurking around her own self, and wandering through her habits and personality, Sandra discovers that she herself is a world.”
We join the artist on a journey of discovery to a world where precise, multi-layered, dimensional paper collages, often cut from fashion magazines, spring to life as the thriving inhabitants of Planeta Sandra. She manages to blend the whimsical and the sensual, the threatening and the sublime as she recounts the mythological folklore of a primordial world not that far from our own.
With an explorer’s eye and a botanist’s discipline, Sandra meticulously catalogs each Sandremios by genus and species as specimens deserving of further study.
In these collages, I deconstruct everyday forms to create new narratives.
Through the use of nature, science and whimsy, I invent new landscapes and environments in a visual language that is uniquely my own.
-Sandra Cordero
As curator and philosopher, Luis Ramaggio, observes, “As any respected expeditionist, she quietly observes and classifies. As a visionary. As a hungry expert. As a mentalist. Lurking around her own self, and wandering through her habits and personality, Sandra discovers that she herself is a world.”
AILEN MALETA
RIGO (JOSÉ RIGOBERTO RODRÍGUEZ CAMACHO)
UNA COLECCIÓN, EN SU MAYORÍA, DE PEQUEÑOS TESOROS
TÓMATE UN MINUTO: UNA MUESTRA DE RESISTENCIA
TÓMATE UN MINUTO: UNA MUESTRA DE RESISTENCIA
Es sabido que las cosas buenas vienen en pequeños paquetes, y estamos de acuerdo. Con ese fin, hemos curado una exposición compuesta principalmente de pequeñas obras, el tipo de obras pequeñas que devienen grandes regalos.
Lo invitamos a que pase y vea más de 150 obras disponibles de los artistas: Abel López, Alejandro Justiz, Damián Valdés Dilla, Sandra Cordero, Douglas Argüelles Cruz, Gabriela Pez, Jorly González Contador, Luis Alberto Álvarez López, Roger Toledo, Samuel Riera, R10, William Acosta, Rigo, Yamilys Brito Jorge, Danco Robert du Portai, Dionnys Matos Sarmiento, Juan Carlos Vásquez Lima, Roberto Vantour Causse, Vladimir Rodríguez, José Ernesto Saborido Martín y Edgar Saúl Marrero Molina.
¿Mencionamos que serían un gran regalo? (¡Incluso para ti mismo!).
La exposición está en sala desde el 27/11/2020 hasta el 31/01/2021.
Take a Minute: A Show of Resilience será la primera muestra individual del artista multidisciplinario Dionnys Matos. Su obra deviene celebración a la materialidad y a la inventiva. Matos se esfuerza por concientizar sobre el daño que causa al mundo natural nuestra cultura del consumo, la caducidad programada y el desperdicio, a través de su exploración de la realidad más constatable y el uso de su estética personal como camuflaje. El artista encuentra la belleza en lo cotidiano al reciclar y reutilizar vasos de plástico, cuencos de espuma de poliestireno, materiales de embalaje y plástico de burbujas como parte de su lenguaje.
El orden de las cosas es una serie de fotografías analógicas de formato medio y de composiciones en forma de naturaleza muerta manipuladas digitalmente que se determinan en una paleta sofisticada e sorprendente, que satura el primer plano, el fondo y los propios objetos, creando a la vez iconos sorprendentes y meditativos, primitivos y totémicos, de detritos al uso.
Su majestuosa Ola, un mural de cuatro paneles de casi 6' x 12', está hecha de plástico de burbujas inyectado con acrílico. La calidad premonitoria del cielo del atardecer y la perspectiva del espectador de verse abrumado por el mar agitado recuerdan a Untitled (Raft at Sea) de Longo y quizás a La gran ola de Kanagawa de Hokusai. El artista apunta que es un comentario sobre la degradación de nuestros océanos por el plástico. En lugar de que el mar sea tomado por los vencido en su degradación, aquí, capturado en un momento de invencibilidad, el mar se venga, dominando el sustrato de plástico. Es, también, una venganza.
Exposición a la vista del 17/02/2021 al 18/04/2021.
VIDEOS
THOMAS NICKLES PRESENTS
AIN'T NO CURE
Samuel Riera Analytical Boards No. 3 Acrylic on Canvas
Wiliam Acosta Blue Shoes Acrylic on Paper
Sometimes I wonder what I'm gonna do'
Cause there ain't no cure for the summertime blues
Eddie Cochran, 1958
En la madrugada del 17 de abril de 1961 comenzaría la invasión de Bahía de Cochinos: un intento de derrocar la entonces joven revolución cubana, con 1.400 activos, todos cubanos y entrenados por los Estados Unidos. Sin embargo, la invasión no salió bien: Los invasores fueron superados en número y se rindieron tras menos de 24 horas de lucha. Justo un año antes, el mismo día, pero en una fría mañana inglesa, Eddie Cochran murió en un accidente de coche en Chippenham, dos años antes de que "Summertime Blues" entrara en las listas de Billboard. La historia de la música, como la de las revoluciones, se escribe a partir del mito, el error, el fracaso y el entusiasmo. Cuando Eddie Cochran murió, el taxi y otros objetos del accidente fueron incautados por la policía local a la espera de la investigación del forense. David Harman, un cadete de policía de la comisaría, que más tarde sería conocido como Dave Dee, de la banda Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich, aprendió a tocar la guitarra en la Gretsch incautada de Cochran. La banda de Dave Dee alcanzó el éxito en 1968 con su exitosa canción Legend of Xanadu.
Cuando Fidel Castro apoyó la invasión soviética de Checoslovaquia en el verano de 1968, comenzó en Cuba un proceso acelerado de abandono de los ideales de la Nueva Izquierda. 1968, como recordaba recientemente Todd Gitlin en The New York Review of Books, fue también "el año de la contrarrevolución", de los tanques soviéticos en Checoslovaquia, de la masacre de Tlatelolco y de los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy. En ese verano, en La Habana, como en Praga o Memphis, los contrarrevolucionarios ganaron.
Pero quizás fue Joe Strummer, un filósofo más conocido por ser el líder de la banda The Clash, quien dijo que 1968 había sido, definitivamente, un gran año para alcanzar la mayoría de edad. El mundo estaba a punto de acabar: París, Vietnam, los hippies y un universo contracultural que estallaba como un volcán en erupción. Afirma que todo eso le abrió las puertas del punk, sin embargo, en ese año otros ya habían encontrado las puertas de la percepción abiertas.
Entre la influencia de la música sureña y la psicodelia, 1968 fue un gran año para el rock: A Saucerful of Secrets, el álbum icónico de Pink Floyd por marcar la salida de Syd Barrett y la llegada de David Gilmore, Velvet Underground y su primer álbum sin Nico, Hendrix conocido como la estrella que cayó del cielo y dejó sin trabajo a Clapton y Pete Townshead, guitarrista de The Who. Los Stones revelaron su simpatía por el diablo. Robert Wyatt le dio un toque de jazz experimental al rock psicodélico publicando el primer volumen de Soft Machine, Jim Morrison y sus Doors habían abierto todo un laberinto que recorrer y los Beatles, con un Álbum Blanco que no es tan blanco como dice ser, ya que algunas de sus letras podrían ser un manual de suicidio, volvían a revolucionar la música pop.
A finales de ese año, el 26 de diciembre, Led Zeppelin debuta en Estados Unidos. En la prensa quedaría: El concierto fue arrancado por otro heavy, Led Zeppelin, un grupo británico que hacía su primera gira por Estados Unidos. Orientado al blues (aunque no es una banda de blues), con una electricidad exagerada, toda la rutina del rock mainstream, hecha con fuerza, con agallas, con unidad, con inventiva y con swing al final de su set. Ese mismo día, pero varios siglos antes, en 1714, la Virgen de Regla fue declarada patrona de La Habana. Allí quedaría, durante siglos, su color y su presencia como emblema de la capital caribeña. Un viaje necesario si se quiere cruzar los mares. Santa y Orisha, no es de extrañar que La Habana sea entonces una ciudad azul, delimitada por el agua, la fe, el malecón, el béisbol, las puertas azules coloniales pintadas por manos anónimas, que sobreviven a siglos de abandono y olvido, y el deseo azul de salir y quedarse. Una Virgen Negra, para un pueblo de colores, custodiando una bahía de frustraciones. "Summertime Blues" podría ser perfectamente la banda sonora de una tarde habanera: El cansancio desmedido, el sentido adolescente de la injusticia, los privilegios del coche revocados, la pesadez de una guitarra de blues en un sur, también oscuro y sin ley.
En 1977, la NASA lanza al espacio, como representación (y explicación) de la vida en la Tierra, la Voyager 2, con 27 muestras de canciones. Entre ellas se encuentra Dark Was the Night, Cold Was the Ground, escrita e interpretada por Blind Willie Johnson, cegado a los 7 años por su madrastra; (que le arrojó lejía a la cara en represalia por las infidelidades del padre de Johnson). El escritor científico Timothy Ferris, que seleccionó las canciones, explicó: "La canción de Johnson se refiere a una situación a la que se enfrentó muchas veces: anochecer sin tener un lugar donde dormir. Desde que los seres humanos aparecieron en la Tierra, el manto de la noche aún no ha caído sin tocar a un hombre o una mujer". Hay que añadir que, como Blind Willie Johnson era realmente ciego, quizá la idea de la oscuridad se perdió en su memoria de niño ciego, pero no la del color azul. En 1923, Clyde Keeler, un genetista estadounidense, descubrió que incluso los ciegos, todos nosotros, poseemos un receptor especial que reacciona siempre a la luz azul. Tal vez una paradoja entre la historia, la ciencia y el arte, hay teorías que sugieren que antes de que los humanos tuvieran palabras para el color azul, en realidad veían el cielo de otro color.
Tal vez los ciegos puedan ver el azul, tal vez si un día no oímos, podamos seguir escuchando el blues.
Cuando Roger Waters escribió Set the Controls to the Heart of the Sun, uno de los temas más psicodélicos y hermosos del álbum del 68, A Saucerful of Secrets, lo hizo con una antología de la Poesía Tang en la mano. Así, uno de los versos de la canción que evoca a un hombre solitario en una montaña, presenta ante el rock de los sesenta a Li Po, el inmortal desterrado, un antiguo poeta chino que se ahogó borracho en un río intentando alcanzar la luna a través de su reflejo. Es curioso que al año siguiente la humanidad llegara a la luna.
Ain't No Cure, una exposición colectiva, llena de azul, en el Proyecto Thomas Nickles.